-Se observó un relajamiento total en el distanciamiento físico y muchos comensales abarrotaron lugares de expendio de comidas.
Por Pamela C. Rodríguez R.
Innovapress, 7 mar 2021.- En un recorrido realizado por distintos centros de votación se pudo evidenciar que la jornada electoral de este domingo se caracterizó por escenas inusuales en medio de la pandemia porque se observó relajamiento e incumplimiento de las medidas de bioseguridad como el distanciamiento físico tanto en las filas de electores como en los puestos de comida callejera que no respetaron el aforo de comensales dentro de sus carpas.
Populosas arterias del barrio de Miraflores se vieron prácticamente cerradas por el notable congestionamiento de personas y vehículos que en esta oportunidad utilizaron las vías como parqueos improvisados restando comodidad y accesibilidad a quienes se dirigían a cumplir con sus deberes democráticos.
Un lugar peculiarmente neurálgico en la zona miraflorina se localiza en la popular Plaza Villarroel donde se congregaron cientos de visitantes entre electores y vivanderas junto a vendedores de golosinas y enseres de todo uso quienes se situaron lado a lado ocupando veredas y jardineras de la avenida Busch sin dejar espacio a quienes deseaban circular con normalidad y principalmente conservando la distancia recomendada por los protocolos sanitarios.
Al mismo tiempo, la mala nota estuvo protagonizada por las expendedoras de alimentos quienes lejos de cuidar la inocuidad de sus preparaciones, así como la seguridad de sus clientes, ofrecieron sus productos descuidando la higiene y protección de los alimentos.
Centenares de peatones consumían sándwiches y platillos criollos desprovistos de barbijos, alcohol en spray o material de esterilización de mesas y sillas previos al consumo de las viandas mientras éstas eran preparadas sin plásticos o tapas que pudieran cubrirlas de la contaminación y los vientos propios de la zona.
A la par, también se observó la afluencia notable de niños y mascotas quienes por razones de prevención deberían permanecer en sus hogares como expone la norma de salud pública.
Los juegos instalados en la plataforma superior de la plaza tampoco ofrecieron las condiciones mínimas de desinfección en los resbalines, columpios y demás espacios lúdicos para los menores, constituyéndose así en un riesgo salubre para uno de los sectores más vulnerables de la población.
Otra observación no menos importante fueron las extensas filas congregadas alrededor de los accesos de las líneas del teleférico Blanco y Naranja y la puerta del Instituto Técnico “Ayacucho” donde estaban instalados los centros de votación, lugares en los que reinaba el caos y la confusión por la demora en la instalación de mesas electorales y la fluidez de los votantes.
El mismo episodio se repitió en instalaciones del Instituto Miguel de Cervantes en la calle Estados Unidos donde varias mesas no abrieron a la hora estipulada por inasistencia de los jurados respectivos, hecho que demoró hasta más de dos horas la emisión del voto de los asistentes, muchos de ellos personas con capacidades distintas y de la tercera edad.
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