-Siles Zuazo no pudo con el desastre económico y político heredados, pero encaminó a un proceso de convivencia pacífica, con luces y sombras y en el que todos creen, la democracia.
Por Marcelo J Padilla Arce
La Paz, Innovapress, 9 oct 2023.- El 10 de octubre de 1982, Bolivia dejó atrás la época de las dictaduras que golpearon al país desde 1964, sembrando terror y muerte. Hernán Siles Zuazo asumía el Gobierno. Desde entonces, la Presidencia de Bolivia se define en urnas, a través del voto popular en elecciones nacionales.
Desde 1982 el país tuvo 12 Gobiernos: Hernán Siles (1982-1985), Víctor Paz Estensoro (1985-1989), Jaime Paz Zamora (1989-1993), Gonzalo Sánchez de Lozada (1993-1997 y 2002-2003), Hugo Banzer (1997-2001), Jorge Quiroga (2001-2002), Carlos Mesa (2003-2005), Eduardo Rodríguez (2005), Evo Morales (2006-2019) y desde 2020, Luis Arce.
Eran las 16.30 de aquel domingo, el jefe de Unidad Democrática y Popular (UDP), nacido en 1913 y fallecido en 1996, amante de los cigarrillos LM o Derby, y las tazas de café tinto juraba a la primera magistratura del país, después que en 1980 ganara las elecciones nacionales.
Luego de su posesión en el Congreso, lo esperaba un apoteósico recibimiento y multitud en plaza Murillo, San Francisco y todas las capitales donde se desembocó la algarabía.
Tras su exilio había comprometido “libertad, democracia y justicia social”. Siles Zuazo arribaba de Lima, en un avión de la Fuerza Aérea Boliviana. Había sido proclamado presidente constitucional, Jaime Paz Zamora, su vicepresidente.
“La marcha de la democracia es incontenible en América Latina y pronto llegará a todo el sur”, expresó cuando hizo su paso, dos días en Lima, antes de su arribo a La Paz, mientras las olas represivas de militares marcaban su paso por Argentina, Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay.
Para muchos, el recibimiento a Siles Zuazo aquel 8 de octubre de 1982, fue la concentración más grande la historia boliviana.
Fue toda una odisea llegar hasta el balcón de la histórica plaza San Francisco, hasta el edificio Fabril. Siles simbolizaba ilusión, esperanza pese a la crisis política y económica heredadas por el saqueo y la mala administración.
Eran los precedentes al 10 de octubre. Guido Vildoso, el último presidente de facto, pasaba el poder con uniforme militar.
El dictador Luis García Meza había fugado una jornada antes a Buenos Aires; otro, Hugo Banzer, estaba en Miami o Buenos Aires y el expresidente Víctor Paz Estenssoro yacía en Tarija.
Cuando el reloj de plaza Murillo daba las 16.00, Siles Zuazo y Paz Zamora tomaban su lugar en el hemiciclo del Congreso de la República. El reto, dirigir un país casi en ruinas. La inflación era de un 123%, pero no comparado al 8.767% de dos años más tarde.
Los presagios de la fatalidad de su gobierno lo perseguían, en Lima golpeó su rostro contra una puerta de cristal. Al descender en un camión tras su llegada a La Paz, le robaron la billetera. Cuando se le puso la banda presidencial, se atascó en su traje, y la medalla de Simón Bolívar le fue impuesta al revés.
Su discurso presidencial fue desorganizado, ya que las páginas de su mensaje se entre papelaron tras caerse al piso, por lo cual tuvo que improvisar.
Así, ya era presidente, esa noche posesionó a sus primeros 16 ministros. Ese 10 de octubre de 1982, el líder de la UDP marcó el retorno del país a un sendero que se creía perdido, el de la democracia.
IP/RDC