- Se refuerzan los controles en fronteras, hospedajes y centros de diversión.
La Paz, Innovapress, 20 ene 2024.- La Policía Boliviana está en apronte ante la alerta que dieron las autoridades de Colombia en sentido de que José Adolfo Macías, alias el “Fito”, narcotraficante ecuatoriano, esté buscando refugio en Bolivia.
El comandante departamental de la Policía de La Paz, coronel Édgar Cortez, indicó que la fuerza del orden y sus unidades especializadas se encuentran alertas.
“La Policía Bolivia en sí, mediante Interpol ha recibido una notificación para poder ubicar a esta persona que es prófuga en Ecuador, es por esa razón que nosotros tenemos la instrucción de realizar controles en fronteras, en hospedajes, lugares de diversión en los despliegues policiales”, apuntó.
Según el jefe policial, el trabajo de la Policía Boliviana es el de verificar que existan los controles correspondientes en fronteras. “Hemos reforzado los controles no solo con el Perú, sino con Chile”.
Inteligencia de Colombia
La inteligencia militar colombiana reportó que lo más probable es que ‘Fito’ tome rumbo hacia Perú y, posteriormente, hacia Bolivia para eludir a las autoridades.
Las primeras informaciones sugerían que ‘Fito’, después de fugarse de la cárcel del Litoral en Guayaquil, había optado por dirigirse a Colombia. Sin embargo, al ser rastreado en ese país, se especula que ha cruzado las fronteras hacia el sur, llegando a Bolivia.
El comandante de la Policía Boliviana, Álvaro Álvarez, ya había advertido sobre la necesidad de reforzar el control en las fronteras para evitar el ingreso de criminales desde Ecuador.
La desaparición de ‘Fito’ se evidenció el primer domingo del año cuando, durante un operativo, las autoridades notaron su ausencia en la prisión Regional de Guayaquil.
Dejó atrás una celda decorada con imágenes que exaltan su figura, armas, dólares y leones. Se activó un plan para capturar al líder de una banda narcodelictiva que opera estratégicamente en la provincia de Manabí desde la década de los 90.
La fuga de Fito desencadenó una ola de violencia en Ecuador, con motines en las cárceles, secuestros de policías y ataques con explosivos, poniendo a prueba las políticas de mano firme del gobierno ecuatoriano para enfrentar a estos grupos.
IP/RDC
