- En su declaración ampliatoria, el excomandante de la FAB, brindó detalles de lo que planeaba. Pensaba nombrar a dos militares ministros de Estado y obtendría respaldo de la Embajada de Estados Unidos, Libia y la Unión Europea.
La Paz, Innovapress, 30 jun 2024.- El general Juan José Zúñiga ya se veía como presidente de Bolivia y tenía -incluso- los nombres de dos militares para posesionarlos como ministros de Estado, eso se supo luego de la declaración ampliatoria del general Marcelo Zegarra exjefe de la Fuerza Aérea Boliviana (FAB).
“Una vez que consolidemos la toma del poder lo primero que se va hacer es designar un nuevo gabinete de ministros donde el general Tomas Héctor Peña y Lillo va ser el nuevo ministro de Defensa y el otro coronel Calderón (Eduardo) sería ministro de la Presidencia”, develó Zegarra.
Así lo previó Zúñiga el 26 de junio en su Despacho en el Estado Mayor y en la que participaron cinco militares, algunos del servicio pasivo.
“Al ingresar veo a tres personas, al general Tomas Héctor Peña y Lillo, (servicio pasivo), dos coroneles, uno de ello es el coronel José Antonio Agreda Mendívil, del otro no se su nombre completo que son del servicio pasivo”, estableció.
A esos tres militares se sumaron el comandante Arnez, y el mayor Sanjinez, este último incluso era personal de Inteligencia de Zúñiga.
Basta de humillaciones
De acuerdo al texto de la Fiscalía, el excomandante de las Fuerzas Armadas explicó a Juan Arnez y a Marcelo Zegarra, «en voz baja» y en una mesa aparte, que «basta de las humillaciones a las FF.AA.
“El general Zúñiga nos dice hermanos ya basta de las humillaciones a las Fuerzas Armadas ya es momento de tomar el poder ya todo está planificado ya desplace los blindados a La Paz”, dijo Zúñiga, según Zegarra.
Hasta las 12:30 del miércoles 26 de junio, Zúñiga había dispuesto el acuartelamiento de tropas mientras coordinaba la operación militar.
En la pizarra, según Zegarra, se mostraba el plan. Zúñiga aseguró que «si tenemos éxito» se tendría el apoyo de «la Embajada de Estados Unidos, la Embajada de Libia, de la Unión Europea, la Policía Nacional y los militares jubilados”.
Zúñiga dijo: «Es ahora o nunca». A pesar de que no todo estaba listo, Zúñiga optó por seguir con el plan hacia adelante. «Ni modo, en el camino vamos a ver cómo hacemos», apostilló.
En plaza Murillo
Durante el trayecto hasta plaza Murillo, Zúñiga conversaba por teléfono con otros militares para ajustar algunos aspectos operativos. Incluso, ya en kilómetro cero, fue el propio Zúñiga quien realizaba todas las órdenes mediante teléfono. En ningún momento, hubo un diálogo con los otros comandantes para determinar las acciones.
Con la tanqueta apostada en la puerta de Palacio Quemado, Zúñiga exigió al coronel Raúl Barbery, responsable de la Policía Militar, actuar de manera inmediata. «Ya pues, de una vez, disparen para sacar a la gente». La respuesta de Barbery fue tajante, se recoge en la declaración de Zegarra: «tú nos has traído para hacer un ejercicio».
IP/RDC