Bolivia rememora un mes del intento fallido de ir en contra la democracia, las botas militares osaron el golpe en contra de Luis Arce

  • El principal autor y mentor Juan José Zúñiga espera sentencia en el penal de máxima seguridad de El Abra, junto a él otras 30 personas. Esta la cronología y resumen de ese hecho que pudo derivar en un derramamiento de sangre sin precedentes.
Los PMs desplegados en plaza Murillo/ agencias

Por Marcelo Padilla

La Paz, Innovapress, 26 jul 2024.- Era una tarde de sol en la principal plaza de armas de la sede de Gobierno, las palomas en ese tradicional paseo sobrevolaban en tranquilidad cuando a eso de las 14.00 más o menos camiones con efectivos militares traían consigo a soldados, los más eran las botas de PMs (policías militares), ingresaron por las cuatro esquinas, así osaron quebrantar la administración del presidente Luis Arce.

Primero fueron operadores de Inteligencia del Ejército quienes de civil y encapuchados -horas antes- ya planificaban el asalto a Casa Grande del Pueblo. Junto a ellos grupos de francotiradores.

Todos ellos, recibían las órdenes directas de Juan José Zúñiga, jefe del Ejército.

No fue extraño verlo bien parapetado en un blindado que había descendido desde la vecina ciudad de El Alto hasta el centro del poder político de Bolivia.

Zúñiga fue destituido de su cargo el martes, es decir, un día antes de las movilizaciones militares en La Paz por su deliberación y su incursión en afanes políticos cuando “los militares no deliberan”, señala la Constitución y la Ley Orgánica de las Fuerzas Armadas, partiendo de ello, este castrense ya tenía otros intereses cuando irrumpió con armas de guerra hasta el frontis de Palacio.

Ante ello, fue el propio presidente y Capitán General de las Fuerzas Armadas quien enfrentó cara a cara al insubordinado Zúñiga y llamó al pueblo en una declaración en Casa Grande del Pueblo, llamado al que sin dudar civiles se apostaron para la defensa del Gobierno.

“No podemos permitir que intentos de golpe de Estado vuelvan a cobrar vidas bolivianas. Queremos instar a todos a defender la democracia”, dijo Arce desde el edificio presidencial.

Cronología

La movilización uniformada inició alrededor de las 14.30 hora local.

El opositor y exgobernante Evo Morales (2006-2019), anticipaba que «se gesta el golpe de Estado», postura que ahora la descalifica.

Minutos después Zúñiga entró entonces en hall de Palacio y, fue confrontado por Arce, quien le dijo: «Soy su capitán y le ordeno que retire a sus soldados, no permitiré esta insubordinación».

En respuesta, Zúñiga se dirigió a los periodistas en la plaza, flanqueado por soldados, y afirmó que «queremos restaurar la democracia» mientras hablaba de los problemas económicos del país.

«El pueblo no tiene futuro, y el Ejército tiene el coraje de velar por el futuro de nuestros hijos, el bienestar y el progreso de nuestro pueblo», dijo, añadiendo que iban a liberar «a todos los presos políticos», incluida la expresidenta de Bolivia, Jeanine Áñez, actualmente recluida tras su ascenso al poder en 2019 y ser la causante del derramamiento de sangre en Senkata y Sacaba denominadas “masacres”, cerca de 70 personas fallecieron cuando fungió como mandataria.

Ya en la tarde noche de aquel 26 de junio, Zúñiga acusó a Arce de haberle pedido hacer algo para aumentar su popularidad, incluyendo sacar tanquetas a las calles. El Gobierno de Bolivia publicó un comunicado en el que rechazó cualquier señalamiento sobre que los hechos de ese miércoles fueran un autogolpe de Estado.

Nuevo jefe del Ejército y vuelta a la calma

Arce nombró al general José Sánchez como nuevo jefe del Ejército y cambió a todo el Alto Mando Militar. Wilson Guardia y Gerardo Zabala asumieron como nuevos jefes de la Armada y la Fuerza Aérea, respectivamente.

Poco después de ser designado, Sánchez ordenó a los uniformados desplegados que regresaran a sus unidades.

“Ordeno a todo el personal movilizado en la calle que regrese a sus unidades”, dijo Sánchez desde Casa Grande del Pueblo.

Instantes después, el ministro de Gobierno, Eduardo Del Castillo, confirmaba que además de Zúñiga y del vicealmirante Juan Arnez Salvador, quienes fueron detenidos por el intento golpista, hay más de 30 personas que «planificaron y conspiraron» aquellos hechos.

«Estas dos personas… no actuaron solas. No fueron dos personas que de manera maquiavélica planificaron, conspiraron, para tratar de derrocar el Gobierno democráticamente electo, sino que sabemos que hay otro grupo de personas que van a ser investigadas y una vez logremos nuestro objetivo de sentenciar a estas personas garantizaremos que en un futuro próximo esto no vuelva a repetirse», dijo el ministro de Gobierno en rueda de prensa.

La Fiscalía General inició una investigación penal contra Zúñiga, quien encabezó el intento de golpe de Estado contra el presidente Arce. Ahora se encuentra recluido en el penal de máxima seguridad de Sacaba-Cochabamba (centro de Bolivia) para asumir responsabilidad penal, junto a él otras 30 personas.

Fue un “intento de golpe de Estado fallido” resumió el jefe de Estado a la refriega que llegó hasta tumbar la puerta principal de Palacio Quemado, símbolo nacional.

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IP/RDC

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