-Régimen Interior dice que el exministro de Defensa Luis Fernando López residente en el Brasil tiene responsabilidad directa en el caso gases lacrimógenos.
Innovapress, 11 jun 2021.- Luego de que se conociera que el exministro de Gobierno, Arturo Murillo, realizó inversiones con el dinero del desvío de recursos del Estado boliviano, en el caso gases lacrimógenos, el viceministro de Régimen Interior, Emilio Rodas, afirmó este viernes que las investigaciones se extendieron al entorno de la exautoridad, a sus familiares y colaboradores y sus movimientos financieros.
“Se está haciendo toda la investigación al señor Murillo (Arturo), todas sus conexiones, sus transferencias, sus entornos familiares, comerciales, hay una maraña de intereses comerciales combinados, pero también se está identificando a otros responsables del daño económico que se ha hecho”, afirmó la autoridad.
Añadió que junto a Murillo el exministro Luis Fernando López es otro de los principales responsables del millonario daño económico a las arcas del Estado.
“El señor López Julio (Luis Fernando) es responsable, está en el Brasil y que en el caso de contratación de gases lacrimógenos tiene responsabilidad directa y debe ser investigado junto con Murillo por todo el daño económico que se ha causado, no vamos a pre juzgar, pero todos los indicios de delitos que se habrían cometido en este proceso tienen que ir a la Fiscalía que tiene que hacer las investigaciones y presentar a la sociedad boliviana sus resultados y sancionar a los culpables”, agregó.
Rodas sostuvo que, en el caso de López, la exautoridad deberá ser entregada a la justicia boliviana, porque Bolivia fue muy colaboradora con la justicia brasileña.
“Hemos sido muy cooperativos con la justicia brasilera y ahora es tiempo que den curso al pedido de extradición como corresponde”, acotó.
Recientemente un medio cruceño informó que el exministro Murillo irradió sus inversiones hasta Estados Unidos donde habría instalado una empresa fruto de los desvíos de los dineros para la adquisición de gases lacrimógenos en la gestión de la expresidenta Jeanine Áñez.
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