Oruro vibró al ritmo de la diablada y le dijo al mundo que esta danza es boliviana en el “Diabladazo»

-Masiva participación de la ciudadanía. La ACFO le pidió al Gobierno insistir en los escenarios internacionales con la defensa de las expresiones folclóricas nacionales.

La diablada es de Oruro, es de Bolivia/ Fotos: agencias

Oruro, Innovapress, 1 oct 2021.- Oruro vibró este viernes al ritmo de la diablada en el encuentro cultural y folclórico denominado “Diabladazo” que reivindicó a la danza como oriunda y nacida en territorio orureño como una manifestación de pleitesía minera, principalmente de agradecimiento a la virgen de la Candelaria o del Socavón.

El Diabladazo arrancó en inmediaciones del parque Unión en la zona Norte de la capital orureña y de allí tomó varias arterias en una especie de entrada de Carnaval para recorrer por la avenida cívica, plaza 10 de febrero hasta el socavón.

Fueron los cinco principales conjuntos folklóricos de la danza de la Diablada del Carnaval de Oruro, Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad, quienes participaron en la minientrada, impulsada por el Ministerio de Culturas y las instituciones locales del municipio e Oruro, con el objetivo de defender esa danza frente al plagio de varios países principalmente Perú.

“Las cinco diabladas del Carnaval de Oruro han participado debidamente organizados con trajes originales en defensa de la danza de la Diablada ante el plagio que sufre constantemente”, expresó el presidente de la Asociación de Conjuntos del Folklore de Oruro (ACFO), Jacinto Quispaya.

La Gran Tradicional Auténtica “Diablada Oruro”, Conjunto Tradicional Folklórico “Diablada Oruro”, Fraternidad Artística y Cultural “La Diablada”, Diablada Ferroviaria y Diablada Artística “Urus”; las que realizaron el recorrido desde el parque de la Unión, pasando por la plaza 10 de Febrero hasta llegar a la avenida Cívica, donde demostraron que la Diablada es patrimonio de Bolivia.

Quispaya volvió a pedir al Ministerio de Culturas insistir con las acciones internacionales respecto al plagio de las danzas, ante las instancias internacionales y la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) para la defensa de las danzas de la Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad como es el Carnaval de Oruro.

Hubo bastante participación de la población, ya que el Ministerio de Trabajo dispuso tolerancia laboral para las y los servidores del sector público y privado de Oruro que participarán en “El Diablazo Plurinacional”.

La Diablada es la danza principal del Carnaval de Oruro, proclamado por la Unesco en el año 2001, como Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad e inscrito en el 2008 en la lista representativa del Patrimonio Cultural e Inmaterial de la Humanidad”.

Historia

La Diablada es una cosmovisión andina con profunda inspiración religiosa, parte del descubrimiento de la imagen de la milagrosa Virgen de la Candelaria en la habitación del famoso ladrón Nina Nina, probablemente en el Siglo XVIII. Virgen que fue reconocida por los mineros de Oruro como la madre protectora del pueblo trabajador, y bailar de diablos precisamente para no provocar el enojo del Tío de la mina.

La imagen del “Tío” como se denomina al diablo, es motivo de culto en todo el ámbito minero de Bolivia. En épocas prehispánicas, los Urus, de cuyo nombre proviene Oruro, creían en la existencia de demonios era el Huari o Wari poderoso ogro que habitaba las montañas.

La leyenda dice que el Huari convenció a la gente de que deje su trabajo en el campo y entre en los socavones para encontrar las riquezas que él tenía allí depositadas. Se alejaron de la vida virtuosa, del cultivo de la tierra para llegar a las borracheras y orgías con su riqueza mal ganada en las minas. Luego llegaron una víbora monstruosa, un lagarto, un sapo, y un ejército de hormigas, todas dispuestas para devorarlas.

Todos fueron heridos con rayos mientras avanzaban hacia la ciudad, cuando uno de ellos invocó a la Ñusta, la virgen Inca, luego identificada con la Virgen del Socavón, convirtió estos animales en graníticos cerros tutelares, y a las hormigas en dunas de arena.

El drama de salvación es representado en carnaval con cientos de bailarines disfrazados de diablos que invaden las calles de la ciudad.

La escritora Julia Elena Fortún en su libro “La Danza de los Diablos” (1961), llega a la conclusión de que “en el aspecto temático del mito, se nota la hibridación de conceptos teológicos católicos con la teogonía prehispánica”.

Efectivamente el mito de la Diablada es un producto híbrido, una mezcla de dos creencias de distinto origen del mismo sujeto diabólico. Escribe que la más antigua noticia referente a danzas representativas y farsas espectaculares, data del año 1150 en ocasión de las fiestas nupciales del Conde de Barcelona, Ramón Berenguer IV con la hija del Rey de Aragón Ramiro el Monje. Luego indica que en dicho festival se presentó una farsa en que un grupo de diablos capitaneados por lucifer, lucha en duelo de palabras y en forma coreográfica contra otro de ángeles dirigidos por el Arcángel San Miguel.

IP/MP

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