-En La Paz todos ven una oportunidad para realizarse, centro del poder político del país, siempre elegante e imponente, el Illimani te vio nacer, este 16 de julio con un chairo a media mañana o un fricasé te decimos muchas felicidades en tu día.
Por Marcelo Padilla
La Paz, Innovapress, 15 jul 2023.- Chuquiago Marka, la sede de Gobierno, está de cumpleaños, 214 años de la gesta libertaria que dio paso al nacimiento de Bolivia, eres cuna de libertad en tus calles acoges la identidad nacional, eres para propios y extraños, la oportunidad para realizarse, por eso y por mucho más gracias, ¡cuna de valientes y tumba de tiranos!
Para muchos historiadores, la Revolución de La Paz es considerada como la primera revolución independentista de Iberoamérica junto con el grito libertario de Chuquisaca, en mayo del mismo año.
La historia ubica a Pedro Domingo Murillo quien organizó junto a otros rebeldes encuentros clandestinos para lo que sería el levantamiento del 16 de julio de 1809 impulsado por las invasiones napoleónicas en España bajo el lema “Abajo Fernando VII, viva la revolución, abajo la corona, viva la libertad”, con el fin de terminar con el yugo español.
De esa manera los insurrectos aprovecharon la celebración de la festividad de la Virgen del Carmen para tomar el cuartel real español y tomar las armas. Depusieron al gobernador Tadeo Dávila y al obispo Remigio de la Santa y Ortega, y el 27 de julio organizaron la denominada ‘Junta Tuitiva’ cuya presidencia y jefatura de las tropas se encargó a Murillo.
“Hasta aquí hemos tolerado una especie de destierro en el seno mismo de nuestra patria. Hemos visto con indiferencia por más de tres siglos, sometida nuestra primitiva libertad, al despotismo y tiranía de un usurpador injusto, que, degradándonos de la especie humana, nos ha reputado por salvajes y mirado como esclavos. Hemos guardado un silencio bastante parecido a la estupidez, que se nos atribuye por el inculto español, sufriendo con tranquilidad que el mérito de los americanos haya sido siempre un presagio cierto de su humillación y ruina”, se dijo en la proclama de la Junta Tuitiva.
Hechos que alarmaron a las autoridades españolas y al virrey de Perú, José Abascal, que envió al militar, Manuel de Goyeneche, junto a 5.000 hombres a que terminara con la insurrección a través de una despiadada represión.
Al llegar a La Paz capturaron a los revolucionarios y los asesinaron en la horca, por lo que finalmente el levantamiento no triunfó. Murillo murió pronunciando la célebre frase: “Compatriotas, yo muero, pero la tea que dejo encendida nadie la podrá apagar, ¡viva la libertad!”.
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