• El intento de golpe causó revuelo internacional a favor y en contra.

La Paz, Innovapress, 2 jul 2024.- El intento de derrocamiento a la administración del actual Gobierno causó revuelo internacional, algunos a favor y otros en contra como el caso de la Argentina. Al respecto, el presidente Luis Arce aseguró este martes que continuará trabajando firme “pese a la tristeza por el oscuro episodio” del 26 de junio, cuando un asalto militar pretendió la interrupción del orden constitucional en kilómetro cero.

“A pesar de los intereses mezquinos y ambiciones personales que quieren impedir que sigamos trabajando por el bienestar de todas y todos los bolivianos, y pese a la tristeza por el oscuro episodio acontecido la semana pasada, estamos y seguiremos firmes trabajando por el bienestar de nuestro pueblo, le guste a quien le guste”, posteó el mandatario a través de sus cuentas en las redes sociales.

La reacción surge mientras en la escena internacional las versiones de un supuesto “autogolpe” o un “golpe de Estado fallido” continúan generando polémica, como lo expresado por la Oficina de la Presidencia Argentina cuando Javier Milei calificara que fue “falsa” y “fraudulenta” la denuncia del Gobierno de Arce.

Cancillería rechazó “enérgicamente las inamistosas y temerarias declaraciones vertidas por la oficina del presidente de Argentina” e inclusive convocara al embajador de Argentina en La Paz, Marcelo Adrián Massoni y replegará al representante diplomático boliviano en Buenos Aires.

Este lunes, la administración de Luis Arce recibió el respaldo de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América-Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP), Venezuela y Cuba que rechazaron la postura de Milei y la calificaron como “injerencista, repugnante y calumnioso”.

Sin embargo, el mandatario argentino siguió con su asedio al Gobierno de Arce insistiendo en que hubo un “fraude montado en Bolivia”.

El intento de golpe de Estado en Bolivia de 2024 fue una acción militar que se suscitó el 26 de junio de 2024, cuando un grupo de miembros de las Fuerzas Armadas, liderados por el entonces comandante general del Ejército, Juan José Zúñiga, tomaron Plaza Murillo, la principal plaza de armas de La Paz donde se encuentra el Palacio Quemado, sede del gobierno boliviano.

IPRDC