La Paz, 20 de abril de 2024
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Vicente Tintaya es un confeccionista que se reinventó y ahora aprovecha la cuarentena para desinfectar y fumigar

-Vive en El Alto e invirtió en el tanque para el desinfectado. Está ubicado en in mediaciones de la UMSA y lo que gana le permite financiar el alimento diario.

Vicente Tintaya se gana la vida desinfectando.

La Paz, XX ago 2020 (Innovapress).- Luce un paraguas para protegerse de los rayos del sol, el overol que lleva puesto lo confeccionó él mismo con tela de gangocho, es Vicente Tintaya, artesano y confeccionista a quien golpeó económicamente esta pandemia por lo que tuvo que reinventarse y ahora se dedica a la desinfección en inmediaciones de la plaza del Bicentenario.

Y cómo Vicente hay muchas personas a quienes el Covid 19 se encargó de golpear duramente, no sólo en la integridad sanitaria, sino en lo económico.

Vicente es padre de 4 hijos, el reunió dinero y se compró un tanque en el que prepara la sustancia que usa para el desinfectado, es agua y cloro, además desinfecta las manos con alcohol en gel.

No tiene una tarifa establecida, según cuenta, “cobro lo que dicte la voluntad del corazón de los transeúntes a quienes les estoy agradecido”.

“Yo fabricaba bombos y tambores, soy artesano y confeccionista y con la pandemia ya no había venta para nosotros, La venta y los trabajos totalmente ha parado, por eso he tomado la iniciativa de fumigar y desinfectar a la gente”, relató.

“Su cariño me regalan a veces 2, 5 pesitos, ellos me dan de su voluntad y ya tengo para llevar el alimento para mis hijos y alegre me voy”, indicó.

Comentó que ya lleva más de tres meses en inmediaciones del atrio de la Universidad Mayor de San Andrés y permaneciendo desde muy temprano hasta las 5 de la tarde obtiene un promedio diario de entre 120 y 150 bolivianos. “Me llevo unos 150 bolivianos cuando me va bien, a veces 120, otras 100”.

“La gente es demasiado generosa, quienes pasan por acá son muy desprendidos, en este tiempo que estoy por acá he visto que la gente es bien generosa, es buena, yo no venía por acá en El Alto nomás trabajaba”, afirmó.

Reiteró que su única inversión fue en el tanque que tuvo un costo de 220 bolivianos, “esa ha sido mi inversión, nada más y luego compro a diario el alcohol en gel que son unos 20 bolivianos y este traje que llev, no he comprado, yo nomás me he hecho”, añadió. IP/MP

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