-Añadió que no hay ningún golpe en Bolivia que se haya llevado a cabo sin la venia del departamento Defensa de EEUU.

Innovapress, 27 mar 2021.- Juan Ramón Quintana, exministro de la Presidencia en la gestión del expresidente Evo Morales cobró notoriedad este sábado, cuando en un encuentro con movimientos sociales de El Alto, en el auditorio de radio San Gabriel, tildó a Luis Fernando Camacho, actual gobernador electo de Santa cruz, de “ser un pinche empresario quebrado” y de estar detrás del “golpe de Estado” en 2019 para salvar sus empresas.

“¿A quién se entregó el poder en 2019 en Bolivia? a (Luis Fernando) Camacho, un pinche empresario quebrado, ladrón, que la única manera de salvar sus empresas era tumbando al Gobierno (de Evo Morales)”, enfatizó.

El que fuera hombre fuerte del entorno de Morales sentenció que todos los golpes de Estado en Bolivia desde 1964 “tienen la factura del imperio norteamericano” y pidió que le “corten la cabeza” si ocurría lo contrario.

“¡Que me corten la cabeza si ocurre lo contrario! No hay ningún golpe en Bolivia que se haya llevado a cabo sin la venia de Washington, del Departamento de Estado, del Departamento de Defensa, del Pentágono o del Comando Sur”, arengó.

“Las características de estas dictaduras son la masacre y la persecución”, explayó.

“No hay ningún golpe en Bolivia que se haya llevado a cabo sin la venia del Departamento de Defensa de EEUU”, enfatizó en referencia a las dictaduras por las que atravesó el país, las cuales se dieron, “contra los gobiernos progresistas”.

Soslayó que la “nueva estructura” de hacer golpes incorpora a empresarios como Camacho, la Iglesia Católica, la Organización de Estados Americanos (OEA), la Unión Europea (UE) y el propio Estados Unidos (EEUU), entre otros, situación que también se vivió en otros países de la región.

Apuntó que bajo esa “fórmula” fueron destituidos presidentes como Hugo Chávez, Fernando Lugo, Dilma Rousseff y Evo Morales.

El exministro cobró palestra pública, después de permanecer asilado durante casi un año en la Embajada de México en La Paz, tras la renuncia de Evo Morales en 2019.

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