Bolivia recibe el año 5529, el inicio de un nuevo ciclo agrícola, es el Wilkakuti o el regreso del sol

-Le ofrecemos una explicación del por qué se realiza esta celebración y los rituales que se realizan. Muchas familias aprovechan el feriado largo para dejar las ciudades.

Rituales en el Machaq Mara (Año Nuevo) andino/ Fotos: gráficas de Internet

Innovapress, 19 jun 2021.- Este 21 de junio las culturas andinas, amazónicas y del chaco reciben el Año Nuevo 5529 una fecha de relevancia también conocido como el Willkakuti (retorno del sol) o Machaq Mara (Año Nuevo) que se caracteriza por la reposición de las energías, los actos centrales se desarrollarán en Tihuanaku a 71 kilómetros de La Paz, la capital arqueológica de Bolivia, pero también en otros sitios con rituales ceremoniosos con restricciones.

El Año Nuevo Aymara o Año Nuevo Andino Amazónico y del Chaco celebra el solsticio de invierno. Este es un evento dónde el sol parece encontrarse más alejado de la tierra, debido al grado de inclinación de la Tierra al astro rey. Este hecho hace que el planeta reciba menos luz y el día parezca más corto. Este día en Bolivia es de gran trascendencia pues es el resurgimiento del Sol.

Representa la recepción o llegada de nuevas energías del cosmos. Ya que este día es un solsticio y representa el día más corto del año para la región, los aymaras creían que era el día en que el sol se iba y había que ofrecer celebraciones y bailes para que se quedara.

Uno de los rituales más representativos es el sacrificio de una llama, cuya sangre sirve de ofrenda al dios Sol y agradecimiento a la Pachamama (diosa de la Tierra), pero el secreto está en extender las manos a los primeros rayos del sol en la madrugada del 21 de junio para recibir las energías del Tata Inti o padre Sol desde donde uno se encuentre.

La conmemoración ya es popular y en 2005, el entonces presidente Carlos Mesa promulgó una ley para declarar al Año Nuevo Aymara como Patrimonio Intangible, Histórico y Cultural de Bolivia, y en 2009 el Gobierno de Evo Morales decretó que cada 21 de junio sea festivo nacional y después le cambió el nombre a Año Nuevo Andino, Amazónico y del Chaco porque la celebración alcanzó a más de 230 lugares del país considerados sagrados.

Entre los sitios sagrados donde se llevarán a cabo las celebraciones se encuentran: Uyuni, en Potosí; el Volcán Thunupa de Oruro; Waraco Apacheta de El Alto; el parque Piñata de Pando, Cerro Senac de Tarija, el fuerte de Samaipata en Santa Cruz y otros

Ahora con las restricciones por la pandemia esas celebraciones serán por segundo año consecutivo restringidas y, en muchos, transmitidas por plataformas virtuales.

Por su implicancia, esta festividad ahora es replicada en varias regiones de Chile, Argentina y Perú y los bolivianos la reproducen incluso en Europa, aunque el centro arqueológico de Tiwanaku, concentra las principales ceremonias de igual manera, en esta oportunidad, por las restricciones de la pandemia.

El arqueólogo y docente universitario, Carlos Lemuz, explicó que el supuesto calendario con 5.000 años es “completamente arbitrario” y “un invento que no tiene relación con los estudios y las dataciones radiocarbónicas” en la zona andina.

Los primeros asentamientos agrícolas en ese territorio datan de 1.500 años antes de Cristo y el desarrollo en Tiwanaku se dio en el 400 de nuestra era, detalló el arqueólogo.

En esta oportunidad, este acontecimiento es aprovechado por varias familias para realizar viajes y ausentarse de la ciudad ya que el Ministerio de Trabajo confirmó el feriado. Existen paquetes promocionales de varias empresas turísticas para el prolongado fin de semana.

IP/MP

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