La Paz, 16 de abril de 2024
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Líderes del G-20 apoyaron la reforma fiscal global, pero persisten las diferencias por el cambio climático

-Quieren llegar a emisiones cero de contaminantes hasta el 2060, una propuesta de la gigante China.

Los presidentes de los países mas influyentes del planeta en Roma/ Foto: agencias
Los presidentes de los países mas influyentes del planeta en Roma/ Foto: RTVE

Innovapress, 30 oct 2021.- Los líderes del G20 confirmaron este sábado en Roma una histórica reforma fiscal global, aunque las miradas están puestas en si conseguirán enviar una fuerte señal sobre la lucha contra el cambio climático en vísperas de la COP26 en Glasgow.

El G20 aprobó “un acuerdo histórico sobre las nuevas reglas fiscales internacionales, incluyendo un impuesto mínimo mundial que podrá fin a la perjudicial carrera a la baja en el impuesto de sociedades”, celebró en un comunicado la secretaria del Tesoro estadounidense, Janet Yellen.

Esta reforma, cuya aprobación se daba por hecho después que 136 países dieran su visto bueno a principios de octubre al pacto negociado bajo la égida de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), es hasta el momento el único anuncio de la cumbre celebrada en Roma.

Los dirigentes de las 20 principales economías aprovecharon su primera cumbre cara a cara desde Osaka en 2019 para reuniones en paralelo como las mantenidas por el presidente de Argentina, Alberto Fernández, en plena renegociación de la deuda con el Fondo Monetario Internacional (FMI).

Al cabo de una jornada infernal, con las habituales protestas que siempre rodean estas cumbres de los poderosos del planeta, la Cumbre del G-20 se anotaba una victoria que se descontaba en cuanto a un acuerdo global sobre la implementación de una tasa mínima a las grandes multinacionales, pero seguía reinando el escepticismo en cuanto a avances concretos en la cuestión del cambio climático.

Un borrador provisorio de las conclusiones del G 20 sobre este tema, anticipado por Reuters, reveló, en efecto, las dificultades para encontrar un acuerdo entre Occidente y las potencias asiáticas sobre un recorte de las emisiones y la lucha contra el cambio climático. El borrador contiene el compromiso de limitar el aumento de la temperatura global en 1,5°C, lo previsto por el Acuerdo de París, pero ningún compromiso preciso ni referencias al 2050, que aparecía en otros documentos provisorios como término dentro del cual reducir a cero las emisiones de gases invernadero.

En el nuevo borrador, en cambio, se habla vagamente de “mitad de siglo”. Un cambio que pareció ser una concesión a China, el país más contaminante del mundo, que había indicado como objetivo para las emisiones cero el 2060, mientras que la India no había asumido ningún compromiso específico. De confirmarse semejante cambio la COP26, la conferencia de la ONU sobre cambio climático que empieza en Glasgow, Escocia, después de este G-20, arrancaría bajo los peores auspicios.

En borradores anteriores, se hablaba de la necesidad de “acciones inmediatas”, ya no citadas. En el que dio vueltas ahora, sí apareció el compromiso de suspender el financiamiento para las plantas de carbón antes del fin de este año y de “hacer todo lo posible” para suspender construcciones nuevas hasta 2030.

Los jefes de Estado y de gobierno del G-20 también afirman que esperan reducir en modo significativo las emisiones colectivas de metano y aplicar el compromiso asumido en 2009 de otorgarles 100.000 millones de dólares por año, hasta 2025, a los países pobres, una promesa hasta ahora no cumplida. Pero no aparece ninguna referencia a los pagos retroactivos que reclaman activistas y algunos países en vías de desarrollo.

IP/MP

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